domingo, 12 de abril de 2009

Momento peculiar


Estoy estresadísima, y es que ¡hoy por la tarde me he llevado un susto poco habitual...!!
Estaba yo en mi casa sola haciendo mis cosillas cuando de repente oigo gritos, gritos que procedían de la casa de al lado. Algo extraño, porque no había nadie en esos momentos. Luego caí en la cuenta de que no eran gritos de persona; eran aullidos de animal, y es que mi vecina (llamémosla X) tiene tres perritos en su patio.
-¡Tendré que salir para averiguar qué está pasando!- Total que salgo y, efectivamente, esos aullidos provenían de su perrita, que en un intento fallido de huir de su casa estaba con medio cuerpecito fuera de los barrotes de la puerta mirándome con cara de: "ayúdame a salir o a meterme de nuevo, pero por favor no le digas a nadie que he intentado escapar de aquí".
Me armé de valor, en un intento fallido de meterla de nuevo en su patio, pero era imposible incluso tocarla. Se había hecho daño, pero daño interno. Lo que quiere decir: palidez en mi cara y ojos super abiertos con una lagrimilla de pena intentando salir.
Intenté llamar a mi vecina al móvil; imposible igualmente porque no está en España y el teléfono daba señales raras. También quise llamar a sus padres, pero por mas vueltas que le dí a mi listín telefónico de mi movil rancio, tampoco los encontré.
Así, como de la nada, de repente apareció un chico que de algún modo irradiaba luz propia, y es que por lo visto era cerrajero o algo así. Vamos, mi salvador en esos momentos. Me dijo que si YO me hacía responsable que él intentaba abrir la puerta e intentar sacar del apuro a la perrita que cada vez lloraba más (yo creo que no ya tanto de dolor, si no de rabia por no haber podido escapar). Pero yo no me veía con la responsabilidad de abrir puertas ajenas, a si que le dije que los DOS nos teníamos que hacer responsables de todo. Pero no, él sólo quería abrir la puerta y fugarse dejándome a mí con todo el marrón. (Claro, es muy fácil ser un héroe si luego la que se queda pringando si viene alguien soy yo).
Pero fui lista (en ese momento) y llamé a la persona que seguro tenía el teléfono de alguien de la familia de la pobre perrita: El vecino de abajo. (Mi tío)
Finalmente conseguimos dar con los padres de mi amiga (y también vecina llamada X), los cuales tuvieron que saltar los propios barrotes de su casa para entrar. Gracias al cerrajero oportuno y heróico pudimos abrir la puerta y sacar a la perrita de allí. Sé que en un futuro esa perra me tendrá mucho cariño, pues yo no he dicho nada de que se quería fugar de su propia casa, pues yo misma lo he intentado en alguna ocasión, (fallida) y ella tampoco ha dicho nada a nadie.
Esta historia ha tenido un final feliz, pero mientras lo pienso me doy cuenta de mi situación y mis pintas: en pijama, haciendo torrijas, manchada de leche, con un pañuelo de leopardo, los pelos de punta y una crema anti-ojeras que jamás me he hechado (tenía que ser hoy).
La situación era indescriptible.
Lo raro es que no hayan pensado que fuera una loca/psicópata y me hayan creído.
Tarde interesante donde las haya.

1 comentario:

  1. Me solidarizo con el animalito, yo tambien quiero escapar, no se de qué exactamente, rutina? miedo? sentimientos?... pero sigo atascada... solo un empujoncito pero para que lado? dentro del patio? o hacia la calle?

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