lunes, 13 de abril de 2009

No, no es una huída, es sólo una pausa

Después de mucho pensar, he decidido que me voy a la playa. Estoy quemada de Madrid, de sus calles caóticas, de las multitudes de gente y de sus altos edificios. Raro en mí, pues me considero una "rata de ciudad", porque adoro el alboroto, el agobio y el ambiente cosmopolita de esta ciudad.
Y es que AMO a la humanidad, lo que me revienta... lo que me revienta es la gente.
Los quebraderos de cabeza no cesan; si no es por una cosa es por otra, por lo que he pensado que es mejor desconectar unos días de todo esto y sentirme a mí misma, sola, en una roca mirando al mar. Si, eso es lo que realmente necesito.
Mucha gente, cuando se siente agobiada tiene algún problema, buscan apoyo en ciertas personas. Estar con alguien, acurrucarse en el regazo de un amigo o persona importante para ellos es lo que les ayuda. En mi caso creo que eso no funciona así.
Siempre me he comido mis dudas, mis cacaos y mis problemas sola, bien lo sabeis quienes me conoceis. No tengo ningún problema importante, ni mucho menos. Pero necesito pensar, pensar en... en mí. Hace mucho tiempo que no me dedico un tiempo a mí, a mis cosas, y creo que merezco algunos días para dedicarme a ello.
Aunque sí que es verdad que me gustaría la compañía de UNA persona. Sería ya tanto pedir... sería demasiado para que fuera verdad. Así que me limitaré a imaginarte, como siempre.
Decidido, me voy a la playa unos días. Voy a desaparecer del mundo un rato para intentar volver con otro ánimo, con más inquietudes de las que ahora tengo, con más corazón que darte sin que tú te des cuenta. ¡Ay...ay, qué problema el mío! Y es que te digo tantas, tantas cosas...y tú no te das cuenta...

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